La electromovilidad a nivel mundial viene avanzado de manera significativa y se estima que hacia el 2025 habrán más de 40 millones de vehículos eléctricos en operación. En el caso de Perú, si bien el mercado para la electromovilidad es incipiente, se muestra con un gran potencial.

Por el lado de las políticas públicas nacionales, se busca promover la movilidad eléctrica como una alternativa para mitigar los impactos ambientales del transporte urbano como la contaminación del aire, considerando que el 40% de las emisiones del sector energético del país provienen del sector transporte.

Por el lado de la demanda, la promoción de la movilidad eléctrica satisface una demanda que ya existe en el área metropolitana de Lima, ya que es creciente la concientización de los ciudadanos respecto al cuidado del medio ambiente, pero también la convicción de los ahorros que se generan en el tiempo por el uso de un vehículo eléctrico.

Sin embargo, la movilidad eléctrica también puede ser un aliado para las estrategias de recuperación económica tras la crisis sanitaria, considerando que las inversiones en este tipo de movilidad también pueden generar la creación de nuevos servicios de soporte a la movilidad eléctrica y, por tanto, generación de mayor empleo.

Las políticas climáticas nacionales en el Perú también incluyen al transporte eléctrico

Los compromisos climáticos del Perú que se venían desarrollando desde 2014 en el marco del Acuerdo de París, o también llamadas NDC (Contribuciones Nacionalmente Determinadas), incluyen una serie de Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación, conocidas como NAMAs, por sus siglas en inglés. Estas acciones han sido abanderadas por países en desarrollo con el objetivo de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En 2015, el MEM y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzaron una serie de NAMAs en los sectores de generación de energía y su uso final. Entre estos esfuerzos se encuentra la NAMA de Transporte Urbano Sostenible del Perú, TRANSPerú, la cual busca reducir el costo social de la congestión. TRANSPerú ha impulsado la introducción de cambios estructurales clave, tales como la mejora de las condiciones marco, la promoción de infraestructura adecuada y una estructura institucional sólida.

Simultáneamente, se desarrolló la NAMA TransEléctrico a fin de preparar al sector de energía para la transformación del servicio de transporte de pasajeros hacia la tecnología eléctrica. Actualmente, existen cerca 20,000 buses operados por 300 empresas, de los cuales el 66% sobrepasan los 20 años de antigüedad. En línea con las estrategias de chatarreo que se han iniciado en la ciudad, existe un ambiente adecuado para una transición hacia la movilidad eléctrica.

En la implementación de esta NAMA, el BID ha ofrecido apoyo en el diseño de modelos de negocio y mecanismos de financiación para buses eléctricos que permita a las autoridades locales comparar esta tecnología con el diésel y el gas natural vehicular. Un reto en el Perú es que el gas natural es altamente competitivo; sin embargo, se estima que en un escenario en dónde existe un 90% de deuda en un plazo de 10 años y una tasa de interés del 7% con 36 meses de periodo de gracia, la tecnología eléctrica es competitiva con las demás.

Reformas de transporte han sido implementadas en Lima y el Callao

En junio de 2019, comenzó a operar en las ciudades conurbadas de Lima y el Callao, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) a través de la Ley Nº 30900, creando un modelo que por primera vez gestiona el transporte de ambas ciudades bajo una misma entidad, y absorbiendo organismos que operaban en el área metropolitana.

La ATU cuenta con un grado de autonomía que le permite articular física y tarifariamente a los distintos modos de transporte que operan actualmente en ambas ciudades mediante la creación de un Sistema Integrado de Transporte. Este sistema es responsable de la regulación del transporte urbano mediante buses, el Metro de Lima, los taxis y a partir de septiembre de este año, también asumió la administración del Metropolitano, el primer BRT de la ciudad.

Una entidad que agrupe todas las acciones y decisiones para la mejora de la movilidad en una ciudad es fundamental para poder avanzar en la agenda de la movilidad eléctrica. En este sentido, la decisión de la ATU de designar la introducción de buses eléctricos como un área prioritaria dentro de sus próximas acciones se ha vuelto clave en el contexto actual. En enero de este año, comenzó a circular por las calles de Lima el primer bus eléctrico de la marca china BYD como prueba piloto a través de una colaboración con el Global Sustainable Electricity Partnership (GSEP) y las empresas miembro Enel X e Hydro-Québec. Asimismo, la ATU ya está diseñando el bus padrón eléctrico.

Avances en la estrategia para la masificación de la electromovilidad

Para hacer posible una futura estrategia de electrificación masiva del transporte público, el BID ofreció asistencia técnica al Ministerio de Energía y Minas de Perú (MEM) en donde se evaluó la viabilidad económica del uso de este tipo de buses y establecer modelos de negocio, así como mecanismos de financiación para esta tecnología.

En el Perú, un país importador de petróleo y combustibles, donde más del 80% de su consumo proviene del exterior, la economía nacional se ve afectada por la volatilidad de los precios internacionales del mismo, por lo que la diversificación de fuentes de energía para el transporte puede reducir este riesgo.

Dentro de las acciones que apoyarían al avance de la electromovilidad en el Perú, se considera una operación de préstamo del BID, la cual se encuentra en preparación y que permitiría el financiamiento, vía COFIDE, de la adquisición de vehículos eléctricos.

La ATU ha sentado las bases para hacer de la electromovilidad una aliada en la recuperación económica de Lima y de Perú, permitiendo abrir el camino hacia un futuro más sostenible y justo. Es así como la capital peruana se prepara para salir de una crisis sanitaria mejor preparada para una crisis climática.