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República Dominicana lanza su Taxonomía Verde

Hace 4 meses

La Taxonomía Verde de República Dominicana (TVRD) es un sistema de clasificación de actividades económicas y activos que contribuyen de manera sustancial al logro de objetivos ambientales y/o sociales, alineándose con los compromisos, estrategias y políticas trazadas por el país. Así, la primera TVRD actúa como marco de referencia que busca promover iniciativas que respalden tanto el desarrollo sostenible como la transición hacia una economía baja en carbono.

Este logro es además una valiosa experiencia para otros países que intenten avanzar por este mismo camino. Por ello, Green Finance LAC dialogó con Olga María Nivar, Directora de Oferta Pública de la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) de República Dominicana, luego de un webinar realizado por el Observatorio de Taxonomías de Financiamiento Sostenible de LAC.

1. ¿Teniendo en cuenta su abordaje buscando alinear la TVRD con los compromisos, estrategias y políticas nacionales en materia ambiental, a la vez que profundamente participativo, adaptado a las circunstancias nacionales cuánto tiempo demandó el proceso de desarrollo en sus diferentes fases?

El inicio del trabajo de la taxonomía empezó en el 2020 con la firma de un memorándum de entendimiento (MOU) entre la Corporación Financiera Internacional (IFC) del grupo Banco Mundial y la Superintendencia del Mercado de Valores donde se trabajó el plan de acción para abordar el proyecto de desarrollo de taxonomía. Adicionalmente, se hizo un arduo trabajo de concientización con los principales stakeholders (entidades involucradas o asociadas con el proceso) en el desarrollo de una forma coherente de definir y tratar las finanzas sostenibles, como son los bonos verdes en este mercado, la importancia de procurar un sistema financiero más sostenible y el porque de una taxonomía para República Dominicana. Estas labores de concientización se hicieron tanto con el sector público como en el sector privado, lo que fue clave y esencial para que puedan apoyar y ser parte de la construcción de nuestra Taxonomía.

2. ¿Qué factores llevaron a que la SIMV liderara el desarrollo de la TVRD? ¿Cómo influirá este liderazgo en la implementación de la taxonomía?

La Superintendencia del Mercado de Valores a inicios del 2020 publicó los lineamientos para la emisión de los valores verdes, sociales y sostenibles acorde a los principios y estándares internacionales sobre la materia. Sin embargo, nos dimos cuenta de que con los lineamientos no era suficiente, dado que no somos expertos o especialistas en la materia. Necesitábamos procurar un mercado de valores transparente y darle a nuestros inversionistas credibilidad de que esas inversiones sean consideradas verdes y que cuenten con objetivos ambientales positivos y evitar el greenwashing, por lo cual, vimos la necesidad de desarrollar una taxonomía verde que sirva de soporte no sólo para los emisores en nuestro mercado sino para todo el sistema financiero.

Además, desde la Superintendencia estamos comprometidos en procurar instrumentos financieros que procuren un sistema financiero más sostenible, siendo la sostenibilidad parte esencial de nuestro plan estratégico y de nuestra hoja de ruta para los próximos años.

3. ¿Cómo se definieron las prioridades para la inclusión de los sectores y las actividades económicas priorizadas en la Taxonomía? ¿Cuál fue la metodología utilizada?

La metodología inició con una etapa de planificación estratégica que estableció los fundamentos y procesos necesarios para su construcción. El siguiente paso fue la definición de objetivos claros, tanto generales como específicos, en materia ambiental y social. Este paso fue crucial para establecer una base sólida que guiaría todo el proceso de desarrollo. El proceso abarcó la armonización con marcos globales para garantizar su relevancia y aplicabilidad internacional, un análisis sectorial para identificar sectores y actividades económicas clave, y el establecimiento de criterios de contribución sustancial con la participación de expertos sectoriales. La colaboración de expertos sectoriales fue crucial en el proceso, así como consultas públicas que enriquecieron y afinaron el contenido de la taxonomía con la inclusión de aportes diversos para refinar y validar la taxonomía.

Para el proceso de desarrollo de la TVRD se inició con la definición de objetivos climáticos y ambientales; una vez definido estos objetivos, se seleccionaron los sectores económicos de mayor impacto ambiental y económico para el país. Posteriormente, se identificaron actividades económicas que permitan contribuir a logro de los compromisos del país; y después, se desarrollaron los criterios técnicos de contribución sustancial de las actividades económicas, permitiendo evaluar las actividades económicas y determinar si son sostenibles o no.

La definición y selección de sectores y actividades económicas a tratar dentro de la TVRD se fundamentó en un proceso de identificación y evaluación, dirigido por los objetivos ambientales establecidos inicialmente. Este proceso implicó un análisis de los sectores económicos con base en su contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), según lo reportado en el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, su impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) del país, la estructura económica definida en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas 2019 (CNAE-2019), y la inversión requerida para cumplir con los compromisos establecidos en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) del país.
Para la selección y priorización de los sectores clave, se adoptaron metodologías de evaluación sectorial, aplicando tres enfoques complementarios con el objetivo de asegurar un análisis integral y equilibrado:

1. METODOLOGÍA DE PESOS PONDERADOS. Este enfoque cuantitativo asigna un peso específico y una escala a cada criterio relevante, permitiendo multiplicar las puntuaciones obtenidas para cada sector y establecer un ranking de priorización.

2. METODOLOGÍA ELECTRE. Este método de decisión multicriterio evalúa las ventajas y desventajas de cada sector frente a los criterios establecidos, facilitando la jerarquización de las alternativas según un orden de preferencia basado en la comparación directa de opciones.

3. METODOLOGÍA DE MATRIZ DE DECISIÓN. Define pesos para los distintos criterios evaluados y suma estos valores para cada sector, estableciendo un ranking basado en la agregación de puntuaciones.

A través de estos métodos, se analizaron los datos relevantes para la selección de sectores económicos, incluyendo su relación con los objetivos climáticos y su potencial de contribución a la sostenibilidad ambiental. Como resultado de este análisis multicriterio, se determinaron como sectores de mayor relevancia para la taxonomía aquellos asociados al agua y recursos hídricos, gestión de residuos y captura de emisiones, transporte, energía, construcción e industria. Además, se identificaron sectores habilitadores cruciales, como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), debido a su papel fundamental en el soporte y promoción de prácticas sostenibles a lo largo de diferentes actividades económicas.

Este proceso de análisis y selección garantiza que la TVRD se centre en aquellos sectores y actividades económicas que, no solo presentan un alto potencial de mitigación y adaptación al cambio climático, sino que también poseen una importancia estratégica para el desarrollo económico sostenible del país.

La definición de los criterios de contribución sustancial para las actividades dentro de la TVRD representa uno de los pilares fundamentales del proceso de desarrollo para determinar qué actividades y activos económicos se consideran sostenibles y contribuyen efectivamente a los objetivos medioambientales y climáticos del país.

Los criterios de contribución sustancial se establecieron con un enfoque que equilibra la rigurosidad técnica con la flexibilidad práctica, reconociendo la diversidad y especificidad de cada sector y actividad económica. Algunas actividades son reconocidas como inherentemente sostenibles y directamente elegibles por su aportación directa a los objetivos ambientales. Sin embargo, la mayoría de las actividades requieren el cumplimiento de criterios específicos, ya sean cuantitativos o cualitativos, para ser consideradas elegibles.

Para la definición de estos criterios, se utilizaron indicadores y umbrales específicos, diseñados para medir la contribución de cada actividad a los objetivos de sostenibilidad. Estos parámetros incluyen, entre otros, reducciones en la emisión de GEI, eficiencia energética, uso sostenible de recursos y medidas de adaptación al cambio climático. La adopción de estos indicadores y umbrales se basó en un análisis detallado de referencias internacionales y consulta con expertos sectoriales y grupos de interés relevantes.

Además, se reconocen y valoran las medidas complementarias específicas para ciertos sectores y actividades, las cuales, aunque no forman parte directa de los criterios de contribución sustancial, facilitan su cumplimiento. Esto incluye servicios profesionales, estudios, e innovaciones técnicas que aportan beneficios adicionales a la sostenibilidad de los activos o actividades económicas. También se consideran elegibles inversiones en activos intangibles como la innovación, I+D, que juegan un papel crucial en el avance hacia la sostenibilidad y la transición verde.

Como siguiente paso, se organizaron una serie de mesas de discusión técnica dirigida a autoridades financieras, academia, instituciones públicas, gremios del sector industrial de República Dominicana, empresas privadas, entre otros actores, donde se mostraron los principios orientadores y elementos estructurales que conformarían la TVRD. Estos encuentros se realizaron con la finalidad de propiciar un espacio de discusión técnica para mantener conversaciones sobre la Taxonomía del país.

4. ¿Cómo fue el proceso para adaptar la TVRD a las circunstancias nacionales a la vez que se buscó la interoperabilidad con las taxonomías a nivel regional e internacional?

Se procuró en su desarrollo tener en cuenta la necesidad crítica de interoperabilidad y armonización con el Marco Común de América Latina y el Caribe, otras taxonomías regionales, como la taxonomía de Colombia, la taxonomía desarrollada por el Consejo Centroamericano de Superintendentes de Bancos, de Seguros y de Otras Instituciones Financieras (CCSBO), y globales, como la de la Unión Europea. Este enfoque garantiza la coherencia con estándares internacionales, facilitando la integración y el reconocimiento global de las iniciativas de financiamiento sostenible del país. La adopción de principios y criterios alineados con marcos internacionales mejora la comparabilidad entre jurisdicciones y promueve el flujo de inversiones transfronterizas hacia proyectos sostenibles.
Pero no únicamente tomar de lo que ya está desarrollado, sino su adecuación a la realidad, normativa y compromisos existentes en la República Dominicana.

En este sentido ¿cómo fue el desarrollo de los criterios técnicos para el objetivo ambiental: gestión de recursos hídricos y marinos (un enfoque novedoso dado el contexto costero del país)?

El abordar el objetivo ambiental de gestión de recursos hídricos y marinos viene del resultado del análisis multicriterio elaborado para la selección de los sectores, donde se determinaron como sectores de mayor relevancia para la taxonomía aquellos asociados al agua y recursos hídricos, entre otros. El sector de ‘Uso sostenible y protección de los recursos hídricos y costeros – marinos, fue destacado como uno de los más importantes debido a su relevancia estratégica en el manejo del estrés hídrico y la preservación de la biodiversidad acuática, esencial para la seguridad alimentaria y la resiliencia climática de la República Dominicana.

5. ¿Cuáles son los principales desafíos que se prevén en la implementación de la taxonomía? ¿Qué capacidades será necesario desarrollar y fortalecer para garantizar la implementación?

Uno de los desafíos es que la Taxonomía Verde viene desarrollada por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Superintendencia del Mercado de Valores por lo cual, es necesario que las demás superintendencias del sistema financiero emitan regulaciones que vinculen su uso.

De nuestra parte, contamos con una hoja de ruta para abordar y seguir trabajando en capacitación de cómo usar la taxonomía, establecer reuniones técnicas de trabajo con posibles emisores, fondos de inversión y otros usuarios de la taxonomía para darla a conocer. Adicionalmente, contamos desde la Superintendencia del Mercado de Valores con un plan estratégico que nos permitirá seguir promoviendo y lanzando nuevas directrices para nuestro mercado que con el apoyo de la taxonomía promueven la emisión de instrumentos financieros sostenibles.

Adicionalmente, tenemos contemplado, en conjunto con nuestros socios estratégicos del IFC, el efectuar pilotos. Sabemos que se están actualmente llevando a cabo pilotos con las entidades de intermediación financiera, pero queremos implementar otros pilotos con las sociedades administradoras de fondos de inversión para los fondos que administren que puedan divulgar sobre la alineación de sus inversiones a la taxonomía. También, con el sector de la construcción sería otro piloto contemplado a implementarse.

6. ¿Cómo asegurará la SIMV la transparencia en el proceso de implementación de la taxonomía y cómo se medirá el éxito de la taxonomía en la práctica?

La transparencia la estaremos implementando, procurando que se entienda cómo se puede usar la taxonomía y cómo aplicarla. Adicionalmente, la estaremos midiendo desde nuestro sector con las emisiones de valores que se efectúen en el mercado vinculado a la sostenibilidad.

7. ¿Cuál serían tres recomendaciones clave que podrías hacer a los países de la región en cuanto al proceso de construcción e implementación de sus taxonomías?

Es muy importante contar con un comité de supervisión y de gobernanza en el que participen las entidades claves del sector público para la ejecución del proyecto. El involucrar y sensibilizar sobre su importancia a todos los sectores es crucial desde el sistema financiero, sector real, asociaciones y gremios, especialistas, así como las universidades para a dar a conocer en qué consiste y él porque es necesario contar con una taxonomía verde. Siempre acompañarse de un socio estratégico especializado que cuente con experiencia en la construcción de taxonomía que permita que el proceso sea más eficiente y enriquecedor para todos los involucrados.

Además de lo anterior que abarca el proceso de construcción, es muy importante para su implementación la capacitación constante de cómo usarla y los pilotos que permitan poner en práctica la misma en los posibles usuarios.



Olga María Nivar Arias
Olga es Directora de Oferta Pública, Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) de la República Dominicana,

Cuenta con más de 17 años de experiencia en el mercado de valores. Ha participado en la elaboración de la Ley del Mercado de Valores y sus reglamentos, así como en otras normativas y leyes vinculadas al sector financiero, así como en la Taxonomía Verde de la República Dominicana.


Adriana Bazán Fuster
Adriana es Asociada Senior de Financiamiento Climático, CCAP, especialista en financiamiento climático, con sede en Guatemala, con experiencia internacional en países en desarrollo y mercados emergentes.

Copreside el Observatorio de Taxonomías de Finanzas Sostenibles de Latinoamérica*.


Micaela Carlino
Micaela es Economista y es experta en finanzas sostenibles. Forma parte del equipo de la Fundación Torcuato Di Tella que se encuentra a cargo de la operación de Green Finance LAC, plataforma de conocimiento de finanzas sostenibles del BID. Miembro del Grupo Técnico del Observatorio de Taxonomías de Finanzas Sostenibles de Latinoamérica*.


(*) El Observatorio de Taxonomías es una plataforma creada para monitorear, analizar y fomentar la transparencia en el desarrollo e implementación de taxonomías de financiamiento sostenible a nivel regional. Desde una perspectiva ciudadana, la red de expertos trabaja en el seguimiento del diseño, la ejecución y la regulación de estas taxonomías en América Latina y el Caribe. Provee recursos, informes y herramientas que facilitan la comprensión y el uso de estas taxonomías en la región.

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