Dos nuevas instituciones financieras de Brasil y Washington, D.C., se han unido hoy a un creciente movimiento de financiación verde que utiliza fondos públicos relativamente pequeños para atraer fondos privados considerablemente mayores para invertir en energía renovable, eficiencia energética y otras tecnologías y proyectos con bajas emisiones de carbono que ayuden a pasar de los combustibles fósiles a un futuro respetuoso con el clima.

Los dos nuevos miembros -el Banco de Desarrollo de Minas Gerais (BDMG) de Brasil, un banco de desarrollo a nivel estatal, y el D.C. Green Bank de Estados Unidos, un banco verde a nivel de ciudad creado para apoyar una capital próspera y sostenible para todos- se unieron a la Red de Bancos Verdes en un acto oficial paralelo celebrado durante las conversaciones mundiales sobre el clima de la COP26 en Glasgow.

El acto, titulado «Banking on Green: El papel de los bancos verdes y las instituciones de financiación del desarrollo en la movilización de las inversiones privadas en soluciones climáticas», fue organizado por la Red de Bancos Verdes, la Plataforma de Desarrollo de Bancos Verdes, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras de Desarrollo, el Banco de Desarrollo de Minas Gerais y el NRDC (Consejo de Defensa de los Recursos Naturales).

La COP26 tiene cuatro objetivos clave, uno de los cuales es presionar a los países desarrollados para que intensifiquen y aumenten sus contribuciones financieras a un fondo internacional crucial establecido para ayudar a los países en desarrollo a financiar los proyectos de energía limpia y evitar los impactos perjudiciales del cambio climático. Los bancos verdes son socios locales de confianza con sede en los países en desarrollo que pueden aprovechar y dirigir esta financiación a proyectos que luchan contra el clima y construyen comunidades locales.

Apoyar las iniciativas emergentes de los bancos verdes a través de la capitalización directa o la coinversión y con asistencia técnica, incluso a través del establecimiento de una Plataforma de Diseño de Bancos Verdes, movilizaría la financiación climática internacional y nacional, desarrollaría las economías verdes locales y ayudaría a impulsar una recuperación verde.