El nuevo Fondo de Bioeconomía de la Amazonía del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) en seis países de la Amazonía (Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam) ofrecerá soluciones sostenibles para reducir los impactos del cambio climático en el bioma de la Amazonía dando prioridad al capital natural y proporcionando beneficios climáticos. El programa de 600 millones de dólares incluirá una inversión de 279 millones de dólares del GCF, y se ejecutará con el Banco Interamericano de Desarrollo. Fomentará la inversión privada en seis áreas clave de la bioeconomía: agrosilvicultura sostenible, cultivo de palmeras autóctonas, productos forestales naturales no madereros, cultivo de madera de especies autóctonas, acuicultura y turismo de naturaleza dirigido por la comunidad.
La Amazonia, que alberga el mayor bosque tropical del mundo, es muy vulnerable al cambio climático. La combinación del aumento de las temperaturas y la deforestación está creando ciclos de retroalimentación climática adversos. Unas condiciones cada vez más cálidas y secas provocarán una mayor degradación de los bosques y la pérdida de sus funciones ecológicas, lo que llevará a los bosques amazónicos a un punto de no retorno. Conocido como el punto de inflexión, puede llegar un momento en que los bosques mueran y sean sustituidos por paisajes secos similares a la sabana. Esto tendría graves consecuencias para la biodiversidad, la agricultura, la salud humana y los medios de vida, y también afectaría el papel clave de la Amazonia en la absorción y el almacenamiento del carbono mundial.