Climate Policy Initiative (CPI), una organización dedicada al análisis y asesoramiento con amplia experiencia en finanzas y políticas relacionadas con el clima, ha publicado la edición 2023 de su reporte sobre financiamiento climático con datos para el bienio 2021/2022. Este reporte proporciona una visión general de los flujos de financiamiento climático desde las fuentes e intermediarios (tanto privados como públicos) hacia usos y sectores, a través de una amplia cartera de instrumentos financieros (financiamiento por balance, deuda a tasa de mercado a nivel de proyecto, subvenciones, entre otros).

Los flujos medios anuales de financiación climática alcanzaron casi 1,3 billones de dólares en 2021/2022, casi el doble que los niveles de 2019/2020, pero aún representan solo alrededor del 1% del PIB mundial. La financiación climática anual necesaria hasta 2030 aumenta constantemente hasta los 9 billones de dólares, y luego se incrementa a más de 10 billones de dólares cada año entre 2031 y 2050. Esto significa que la financiación climática debe aumentar al menos cinco veces anualmente, lo más rápido posible, para evitar los peores impactos del cambio climático.

América Latina y el Caribe totalizaron 52 mil millones de dólares de flujos climáticos en 2021/2022, equivalente a una participación del 4% de los flujos mundiales, con una apertura equilibrada en términos de fuentes público-privadas y también de flujos doméstico-internacionales. Los países latinoamericanos están particularmente bien posicionados para las asociaciones Sur-Sur sobre el cambio climático, dado que nueve países tienen parte de la selva amazónica dentro de sus fronteras y podrían llevar a cabo la gestión transfronteriza de la tierra y el intercambio de conocimientos para proyectos forestales relacionados con la mitigación y la adaptación.

Los autores concluyen que para movilizar capital a la escala requerida, es necesario aumentar tanto la cantidad de financiamiento climático como mejorar su calidad centrándose en el uso de los recursos de manera más eficiente y efectiva. Con este fin, CPI propone las siguientes cuatro prioridades para aprovechar las oportunidades emergentes: i) transformar el sistema financiero; ii) acercar las necesidades climáticas y de desarrollo; iii) movilizar capital interno; y iv) actuar para mejorar los datos.