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La COP 26: El financiamiento sostenible en el núcleo de la atención
Hace 2 años
Blog de una serie de notas sobre la vigésimo sexta Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26) y balance de sus resultados.

Por Gianleo Frisari (BID), Micaela Carlino (FTDT).

Si la COP26 en Glasgow no habrá de ser recordada por haber alcanzado un acuerdo ambicioso (como el de París o Kioto), si lo será por ser predominantemente la COP de las finanzas. Empresas, bancos y las coaliciones que los convocan estuvieron más presentes y visibles que en ninguna otra COP anterior. Y aunque el objetivo principal de las negociaciones era completar el libro de reglas del Acuerdo de París, asegurar la alineación internacional en torno a los objetivos hacia el 2050 y consolidar el progreso concreto en de la meta de 1,5˚C de la CMNUCC, hubo diversos resultados interesantes e importantes para las finanzas sostenibles.

En primer lugar, numerosas naciones e incluso hasta distintas empresas han prometido alcanzar emisiones netas cero para 2050, si bien pocas han presentado aún planes de cómo lo conseguirán. Entidades prestamistas y financiadoras podrán formar parte de este proceso evaluando los planes de transición a emisiones netas cero, así como mediante el desarrollo de instrumentos innovadores para financiar parte de esa transición.

Durante la COP26, la Fundación Internacional de Normas de Información Financiera (IFRS) anunció la creación del Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad, unificando el trabajo anterior de Climate Disclosure Standards Board (CDSB) y Value Reporting Foundation (VFR). Esto no significa que el dilema de las normas existentes en juego vaya a desaparecer por completo, pero sí que el panorama de la información y los datos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) empezará a converger.

En efecto, empresas, inversores y prestamistas están cada vez más preocupados por el impacto de sus decisiones empresariales en materia ambiental, social y de gobernanza (ASG). Este foco de atención ha echado luz sobre la importancia de las decisiones de inversión que mitigan la exposición al riesgo climático, cumplen con la normativa actual y futura y limitan cualquier posible daño a la reputación de las entidades.

Los responsables de las finanzas deberán colaborar mediante análisis más rigurosos frente a categorías de datos mejores, más coordinados y holísticos. Y es posible que los gestores de activos tengan que profundizar para descubrir nuevas fuentes de inversiones alineadas con los criterios ASG.

Como parte de sus objetivos de sostenibilidad, los líderes del sector están elaborando cada vez más estrategias verdes y sostenibles, incorporándolas a sus estrategias empresariales y alineando sus mecanismos de financiación con sus compromisos de desarrollo sostenible.

Por lo tanto, la inversión en capacidades locales y en plataformas de datos ASG se convertirá en un diferenciador cada vez más importante.

Por otra parte, el mundo se ha centrado en la movilización de los 100.000 millones comprometidos por los países desarrollados. Según el análisis más reciente de CPI, el financiamiento climático total ha alcanzado a unos 632.000 millones aunque los flujos se han desacelerado algo en los últimos años. Sin embargo, se necesita movilizar billones de dólares par abordar el cambio climático. Para ello, no se puede confiar enteramente en un progreso incremental, se requiere un cambio mas radical en los procesos. Adicionalmente, el cambio necesario significa centrarse también en la calidad, además de la cantidad, a la que se prestó mucha atención en diversos diálogos de la COP26.

Por lo tanto, la aparición de instrumentos para escalar las inversiones en la transición se acelerará luego de la COP26. Una mayor atención a nivel normativo, supranacional y de las empresas e instituciones financieras va a movilizar aún más el mercado. Se espera que los mercados sigan creciendo, tanto en América Latina como en el resto del mundo. Los instrumentos financieros innovadores, como los ya existentes, seguirán expandiéndose en América Latina a medida que los países en desarrollo tratan de obtener capital para acelerar sus transiciones climáticas y reforzar las condiciones de la sostenibilidad a largo plazo.

Este avance en la negociación internacional ofrece enormes oportunidades a prestamistas, prestatarios e inversores. Los prestamistas deberán aprovechar el impulso del mercado de la financiación sostenible para promover mayor cantidad y calidad de instrumentos sostenibles para sus clientes. Los prestatarios deberán comprometerse significativamente con sus declaraciones y objetivos a la vez que aprovechar la oportunidad de obtener nuevas fuentes de financiación.

 

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