El BID Invest ha publicado recientemente el estudio “Un enfoque estratégico para el financiamiento mixto”, cuyo propósito es explorar cómo y con qué fin la financiación mixta moviliza la inversión privada hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), alejándose del énfasis en el apalancamiento del capital privado como medida de eficiencia y confiando en cambio en el concepto de rendimiento social neto que incorpora los efectos económicos más amplios del financiamiento mixto y su costo para el contribuyente.

El informe está organizado en dos secciones, una primera sección en la que se abordan dos preguntas preliminares: i) ¿cuál es el objetivo final de los profesionales del financiamiento mixto? y ii) ¿qué podemos inferir de la teoría económica en cuanto a la justificación y eficiencia del financiamiento mixto? En la segunda sección, se describen algunas estrategias de inversión en financiamiento mixto como: i) la creación de flujos de conocimiento que pueden afectar el comportamiento de los mercados, y ii) reparación de los eslabones débiles en redes de producción complementarias.

Los autores concluyen que el financiamiento mixto es eficiente cuando se maximiza la relación entre los beneficios sociales causales (directos y sistémicos) y el costo público necesario para generar esos rendimientos, teniendo en cuenta las consideraciones distributivas.